La generosidad y la solidaridad son cualidades humanas que pueden aportar beneficios para la sociedad y para nuestra propia salud. Conoce las diferencias entre estos conceptos y da un paso adelante para ayudar a las personas a tu alrededor.

 

Parte de nuestra esencia como seres humanos es la preocupación y el cuidado por los demás. Generamos lazos afectivos con nuestras familias, amistades y más personas, desde el primer minuto de nuestra vida hasta el último.

Hace algunas semanas se cumplió un año más de los sismos del 19 de septiembre de 1985 y 2017 en México. Dos acontecimientos que nos cimbraron en muchos sentidos, pero que fortalecieron la unión y el espíritu de ayuda de la población. En momentos como estos es cuando se evidencian aún más nuestras cualidades humanas, como la generosidad y la solidaridad; incluso, sin saber que las estamos practicando.

 

Para que estas cualidades se conviertan en parte de nuestra vida diaria y no queden como acciones aisladas, es fundamental conocer los conceptos a fondo y saberlos diferenciar, en pos de practicarlos adecuadamente. 

 

A menudo, generosidad y solidaridad se utilizan como sinónimos. Aunque ambos reflejan la disposición de ayudar, tienen diferentes significados y aplicaciones según el contexto; además, su alcance y naturaleza difieren en varios aspectos. Aquí, reflexionaremos sobre estas diferencias fundamentales al analizar sus definiciones, manifestaciones en la sociedad y cómo pueden influir en nuestras vidas.

 

¿Qué es la solidaridad?

Este concepto se refiere a hacer nuestras las causas de otro ser vivo, que, aun cuando no te afecten directamente, te parezcan injustas y creas que existen mejores alternativas. La solidaridad nace desde la comprensión de que las situaciones de vida de cada ser vivo están determinadas por los factores en los que se desarrolla y responden a una distribución inequitativa de oportunidades. Esta cualidad trae consigo una intervención para igualar la balanza de una u otra forma.

 

La solidaridad se practica principalmente en situaciones difíciles o de crisis; por ejemplo, durante los mencionados sismos: aunque no todo el país –o el mundo– percibió daños directos, personas de todas partes asistieron a quienes sufrieron los embates de este fenómeno natural. La solidaridad no es equivalente a la caridad, ya que esta no se vincula con la búsqueda de justicia, sino que se realiza simplemente como un acto asistencial.

 

La empatía es el principal motor para realizar acciones solidarias que contribuyan al bienestar de los otros.

 

Manifestaciones de solidaridad en la sociedad

Las manifestaciones de solidaridad se pueden observar en distintos momentos con un factor común: se realizan sin esperar nada a cambio. Ya sea por medio de tiempo, esfuerzo, trabajo o dinero en favor de otras personas, para mejorar su situación particular o generar un cambio significativo en beneficio de la sociedad. Mientras más personas adopten actitudes solidarias, ten por seguro que el mundo será un lugar más respetuoso y con mejor convivencia.

 

En el Tecnológico de Monterrey estamos convencidos de que la filantropía es una actividad esencial para mejorar la redistribución de recursos y ayudar a quienes más lo necesitan. Por eso mantenemos una invitación continua a que cada vez seamos más quienes adoptemos esta filosofía de vida.  

 

¿Tienes dudas sobre cómo hacer tu entorno más solidario? Estas son algunas prácticas con las que puedes iniciar:

 

  • Escucha a quien requiere apoyo
  • Haz trabajo voluntario
  • Realiza donaciones económicas o en especie a quienes más lo necesiten
  • Dona sangre

 

“La filantropía es una actividad esencial para mejorar la redistribución de recursos y ayudar a quienes más lo necesitan”.

 

¿Qué es la generosidad?

La definición más práctica sobre este concepto, se refiere al hábito de dar y compartir con los demás sin esperar nada a cambio. Al igual que la definición de “solidaridad”, en la generosidad es primordial no esperar una remuneración, pero aquí se agrega el término “hábito”, pues se convierte en una práctica frecuente.

 

En este concepto se elimina de la ecuación la injusticia social o la falta de oportunidades, ya que hace referencia a una cualidad humana que se brinda a cualquier persona sin tener que enfrentar una crisis o una situación adversa.

 

Una persona generosa no busca –necesariamente– solucionar conflictos, simplemente desea realizar una aportación por el simple interés en el bienestar de las y los demás. Las personas generosas tienen un gran gusto por compartir, pero sin dejar de satisfacer sus propias necesidades.

 

Manifestaciones de generosidad en la sociedad

La generosidad es una actitud permanente hacia la vida, encaminada a dar constantemente, sin que esto forzosamente signifique realizar grandes donaciones o participar en proyectos estructurales.

 

La generosidad puede brindarse por medio de bienes tangibles como el dinero, el trabajo o alimento, o por medio de intangibles, como la amabilidad, el respeto y la empatía por las demás personas. Estos son algunos ejemplos simples de generosidad:

 

  • Ayudar a otra persona a cruzar la calle
  • Ceder el asiento en el autobús
  • Apoyar de forma recurrente causas con un impacto social, tal vez relacionadas con educación 
  • Dar gracias a un prestador de servicios
  • Compartir conocimiento o cualquier expresión de respeto, cariño o amor
  • Dar mentorías o asesorías profesionales pro bono 

 

Beneficios de la generosidad y la solidaridad

Si la generosidad y la solidaridad significan actos desinteresados, dirigidos a un tercero, también beneficia a la propia salud de quien lo practica. De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Michigan (UM), las personas que realizan labores voluntarias de ayuda a quienes les rodean experimentan un aumento de la autoestima, bajos niveles de estrés, menor grado de depresión, más felicidad y hasta menores índices de mortalidad.

 

El estudio de Sara Konrath, autora principal y psicóloga social en el Instituto de Investigación Social (ISR) de la UM, y su coautora Stephanie Brown, demuestra la hipótesis. Las doctoras explican que la preocupación por otras personas activa un conjunto de pensamientos, emociones, así como circuitos neurológicos y psicofisiológicos que reducen la respuesta al estrés. Así, las personas que brindan cuidado promueven su propio bienestar. “Los beneficios de salud del voluntariado se reducen significativamente si el beneficio propio es el motivo principal de la persona”, dice Konrath.

 

 

"Si la generosidad y la solidaridad significan actos desinteresados, dirigidos a un tercero, también beneficia a la propia salud de quien lo practica."

 

En el Tecnológico de Monterrey buscamos agentes de cambio, personas interesadas en donar su tiempo, talento o cualquier otro tipo de recurso a las diferentes iniciativas filantrópicas que apoyamos. Navega por nuestro blog de Filantropía, conoce el impacto social de nuestras acciones y algunos testimonios de éxito; sé parte de las acciones que te retribuirán grandes satisfacciones y lecciones de vida.

 

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