Los cambios paradigmáticos en la humanidad no se dan de un momento a otro. Para convertirnos en agentes de cambio, debemos construir una actitud solidaria permanente. Pon en práctica estas 5 acciones de solidaridad en tu día a día, para comenzar con el pie derecho.

 

 

La solidaridad es una cualidad que nos permite identificar y entender diversas circunstancias de vida, aun cuando sean distintas a las nuestras. Es así, a partir de esta emoción, que podemos comprometernos con las necesidades de alguien más –ya sea en lo individual o en lo colectivo– y realizar acciones con el propósito de mejorarlas, desde nuestra trinchera y de acuerdo con nuestras posibilidades. “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”, decía Martin Luther King. Lamentablemente, el ajetreo de la vida y la resolución de nuestros propios conflictos cotidianos muchas veces nos llevan a ver solo nuestras propias necesidades e ignorar el bienestar de quienes tenemos a nuestro alrededor.

 

Aquí te presentamos cinco maneras sencillas, pero muy significativas, de aportar algo importante al bienestar colectivo:

1. Colabora con tu comunidad

La solidaridad comienza en casa, con tu familia, tus vecinos y tu comunidad. Un acto de solidaridad que puedes practicar fácilmente es consumir local, por ejemplo, es decir, comprar en negocios que formen parte de tu colonia. También puedes organizar jornadas de limpieza o reforestación en tu comunidad. Y, aunque parezca poca cosa, trata de mantener una actitud de ayuda permanente y brinda una sonrisa y un saludo cordial a quienes te rodean. Nunca sabemos lo que este tipo de gestos pueden llegar a provocar en los demás.

2. Practica voluntariado

La solidaridad es una forma de vida. Participar de actividades de voluntariado, como brindar alimento a los necesitados, ayudar a personas de la tercera edad o dar cuidado a animales de la calle, son tres buenos ejemplos de cómo es posible poner en práctica la solidaridad en el día a día.

 

3. ​​Dona a una causa con la que te sientas identificado


Las organizaciones y fundaciones requieren de apoyo constante para continuar con su labor. Ya sea mediante donaciones en especie, aportaciones financieras o con el simple hecho de difundir su causa, podemos hacer una diferencia.


 

4. Escucha y brinda apoyo emocional

Prestar un oído para escuchar, un hombro para llorar o un consejo constructivo, son actos solidarios de gran valor emocional. Ser empático con otras personas y ofrecer una mano a sus necesidades es un gran acto de generosidad que puede comenzar desde casa.

 

5. Comparte con quienes más lo necesitan.

Todos tenemos ropa, juguetes o libros que ya no utilizamos y se mantienen en buen estado. Elige esos artículos que se conservan bien y dónalos a una casa de cultura, iglesia o asociaciones de tu comunidad. Si no encuentras una opción adecuada para gestionar la donación, no te detengas, tú podrías organizarla por cuenta propia y convertirte en un agente de cambio.

 

Para pasar de buenas intenciones a buenos actos es necesario informarse. Suscríbete a nuestro blog para inspirarte con más consejos e ideas que te llevarán a ser una persona más generosa y solidaria. ¡Únete a nuestra comunidad, qué juntos haremos la diferencia!

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